Bienvenidos a la exquisitísima butaca de Mayordomo, un pequeño rincón donde disfrutar de magníficas críticas y reseñas de todo tipo.

viernes, 25 de abril de 2014

Una lección de humildad. Los quitagrapas.

Saludos, lectores.

Efectivamente, ya nos sois "queridos". ¿Por qué? es muy simple: he estado mucho tiempo ausente y nadie se ha preocupado por mi persona. En cualquier caso, he vuelto.

¿Qué os traigo hoy? Pues una cosa que me ha fascinado.

Supongo que la mayoría conoceréis este artilugio:


Muchos lo hemos utilizado para jugar cuando éramos pequeños, fascinados por su brillo metálico, su aparente inutilidad y la increible similitud que tiene con unas fauces, pero esto, señores, es un "Quitagrapas".

Creo que su nombre es bastante descriptivo en sí, pero si alguien no sabe para qué demonios se usa, que mire Wikipedia porque yo no lo voy a explicar. Sin embargo, para los que no solo sepáis para que sirve, si no que además lo habéis usado alguna vez, tengo una importante duda: ¿Realmente sabéis como se usa?

En mi arduo trabajo diario de mayordomo a veces surge la necesidad de grapar o desgrapar algo, y hasta hoy, cuando utilizaba uno de estos, lo hacía por el lado donde quedan dobladas las "patas" de la grapa, separándolas cual cirujano abre una caja torácica, y eliminando por completo el sentido de la existencia de la grapa al dejarla inservible para un uso posterior. Esto en realidad esto es cruel para la grapa. Tras este procedimiento, el siguiente paso era comenzar una encarnizada lucha con ella para separarla totalmente del papel, mientras mis dedos y uñas se destruían en el proceso y la grapa se negaba a asumir su irremediable final. Sangre, dolor, papeles y uñas rotas era lo que significaba para mí usar un quitagrapas.

¡Pero!

Pero hoy, lectores, he aprendido una lección de humildad. Hoy he visto como otra persona cogía con total gracilidad este quitagrapas, y, en un despliegue de lo que yo consideraba un absurdo, lo utilizó por el otro lado de la grapa. ¡Qué locura! Iba a destruir el papel, la grapa y quizá sus sueños e ilusiones... pero no.
Sin oponer ninguna resistencia la grapa se ha desprendido por completo ella sola del papel. No ha habido más daños.

Fascinado por este suceso, me he visto obligado a comprobar que esto ocurría así siempre y no había sido una cosa fortuita, y así es. Si no me creeis, probadlo.

¿Cual es la moraleja de todo esto? ¿Hasta la cosa más absurda tiene una correcta forma de usarse? ¿Todo lo que se vende en las papelerías tiene en realidad un uso práctico? ¿Debemos ser más humildes en lo que creemos saber? Ni idea, quedaros con lo que os plazca.

martes, 11 de febrero de 2014

After Earth

Un saludo mis esquisitísimos lectores.

Hoy os vengo a hablar de otra horrenda película que he podido ver hace no mucho. Pese a considerarme un gran amante de las maravillosas películas de Will Smith, he de decir que he quedado profundamente decepcionado con esta última. Se trata, para los que hayan sido tan vagos de no leer el título de la entrada, de After Earth.


He de decir, antes de comenzar con mi valoración, que la imagen escogida aquí arriba es idónea, sobretodo porque contemplarla durante hora y media os aportará lo mismo que ver la película en si.

¿De qué va After Earth? Pues sobre clichés y monos corriendo, en resumen. Tenemos ante nosotros 100 minutos de metraje, en los que nos cuentan la apasionante historia de como el hijo cagueta de Cypher Raige (Will Smith) busca una bengala para que les rescaten de un accidente que su padre, como mejor general supremo del universo que no tiene sentimientos, ya había previsto, pero que por algún motivo nadie escuchó.

Y eso es todo. Nos intentan meter un montón de cosas dramáticas y sentimentalistas sobre la familia de los protagonistas, pero que no llegan ni a dar lástima, de hecho, lo más triste que ocurre en toda la película es la muerte de un pobre pollo enorme. El resto de la película, como dije, son monos corriendo detrás del prota. También va tras él un bicho horripilante que huele el miedo y es parte del argumento principal, que se resume en eso, unos bichos que comen humanos y que el general este mata de tres en tres porque es más duro que nadie y se hace baipases con un cable él mismo.

Una sobreactuadísima interpretación de Will Smith, y en contraposición, una pobre y horrible actuación de su hijo es todo el material "humano" de la película. Eso sí, hará las delicias de los que se hayan dejado sus queridos ahorros en una TV con 3D, porque menos los tripulantes de la nave que mueren en los 5 primero minutos, solo aparecen seres animados por ordenador.

En definitiva, una película para nada esquisitísima en mi opinión. Pero como siempre os digo, haced lo que gustéis, y si queréis vedla y opinad.

miércoles, 5 de febrero de 2014

El sinsentido de las gomas de borrar de los portaminas

Saludos, lectores.

Hoy, de hecho, ahora mismo, estoy bastante indignado.
Me encontraba hace tan solo unos minutos intentando hacer unas complejos y dificultosos cálculos, y como soy una persona extremadamente ordenada y pulcra, siempre realizo mis anotaciones a lápiz o portaminas, para luego poder borrarlas y pasarlas a limpio.

Siempre he utilizado un modelo concreto de portaminas, (para no hacer publicidad gratuita, pongo el nombre oculto: Pilot Super Grip 0.5) y hasta hoy, nunca me había percatado de un gravísimo fallo de diseño:

Ese área marcada de rojo, es la superficie que ocupa la goma de borrar.

Tal y como podéis apreciar, la goma, lejos de acabarse donde termina el plástico, se introduce dentro del portaminas, colocada dentro de un soporte de plástico con un diminuto orificio por donde se cargan las minas.

Todo parece muy bien pensado, ¿verdad?

¡PUES NO!

Esto es una atrocidad, una barbarie.

¿Qué creéis que ocurre cuando has usado la goma de borrar hasta el punto que está justo a la altura del plástico?
Pues que todo se ha ido al garete. Ya no puedes borrar, pues los bordes de plástico sirven de cobertura a la goma, dejando a esta inutilizable.

Pero por si fuera poco el hecho de no poder borrar más con tu amada goma, esta tampoco va a permitir que sigas utilizando el portaminas, porque habrá quedado bloqueada sin posibilidad de sacarla, haciendo imposible la carga desde atrás de más minas. ¡¿Qué genio ha inventado esto?!

Claro, podría quitar la goma con un alfiler, pero entonces nada protegería mis minas de caerse por todas partes. También podría cargar las minas por el orificio por el que salen, o podría comprar unos de estos paquetes de gomas que he encontrado rebuscando por internet (la imagen a la derecha), pero ¡ese no es el caso!

Lo importante aquí es que esto es una cutrez, y que no es para nada esquisitísimo. He dicho.

To the Moon

To the Moon

¡Saludos, mis exquisitísimos lectores! Tal y como os dije hace poco, tenía entre manos un pequeño análisis de este hermoso juego. Pese a haberlo jugado hace ya tiempo, todavía hoy lo recuerdo y no puedo evitar dejar caer una lagrimilla en este bello rostro de mayordomo.

To the Moon es un juego indie, desarrollado por la modesta compañía Freebird. Este nos cuenta uns historia sobre dos científicos que trabajan para una empresa cuyo cometido es nada más, y nada menos que cumplir los sueños de la gente, ¡Que bonito!

Pero no es tan sencillo, nuestros protagonistas son científicos, no son magos. Lo que ellos hacen en realidad, es adentrarse en la mente de la gente con la ayuda de una increíble máquina que permite acceder y modificar recuerdos. Por tanto, en seguida nos damos cuenta de que, no cumplimos sueños, si no que modificamos recuerdos para hacer creer a la gente que han cumplido sus sueños. No obstante, este proceso es tan demoledor para la mente del sujeto que, una vez acabado el trabajo, este muere inevitablemente, por lo que la política de la compañía es que solo podrá hacerse en personas que estén al borde de la muerte.

Tras entender nuestra labor, empezamos a jugar. A primera vista, nos encontramos con unos gráficos impropios de la época actual, un juego que parece practicamente hecho en su totalidad con RPG Maker, pero mis amadísimos lectores, eso no lo convierte para nada en un mal juego.

Así es como son los gráficos en juego.
Si lo que esperabais era un juego con físicas espectaculares, y diseños que rozasen la realidad, este no es vuestro juego.
Si buscáis combates, subir niveles, pegar tiros o conducir coches, tampoco. Aunque podréis montar en caballo.
¿Que qué ofrece To the Moon entonces? pues una de las historias más emotivas que con casi total seguridad, tendréis la oportunidad de jugar.

El juego empieza con nuestra llegada a la casa de un paciente en plena noche. Un abuelete a punto de morir que no puede ni recibirnos, por lo que su familia nos pone al día. Por lo visto, este señor quería... ¡Ir a la luna! Bueno, en realidad no es tan increíble, si nos hemos molestado en leer el título. Pero, ¡este caballero no ha estado ni cerca de pisar la luna! tan solo es una persona normal y corriente, que ha vivido una vida normal y corriente, ¿como podemos cambiar sus recuerdos de manera coherente para que este hombre recuerde haber visitado la luna? Y otra cosa más... ¿por qué desea tanto este hombre ir a la luna?

Y así comienza esta pequeña aventura. La mecánica consiste en explorar la mente del paciente, primero en recuerdos recientes, para acabar en su tierna infancia, pasando de un recuerdo a otro encontrando en los mismos objetos que fueran importantes para él. Un juego muy inmersivo que dura apenas 4 o 5 horas, y que nos cuesta una cantidad poco mayor de euros. 

En definitiva: Un juego que cualquier amante de las buenas y lacrimógenas historias debería jugar, con una banda sonora realmente esquisitísima y por un precio poco menos que irrisorio.

Calcetines climatizados

Me encontraba yo hace unos días en mi escritorio, con mis quehaceres cotidianos de persona intelectual, cuando de repente, me percaté de algo terrible: ¡Mis queridos pies se hallaban helados!

Tal era el frío que sentía en ellos, que no pude hacer otra cosa que preguntarme si, de entre todos los ingenieros, inventores, premios nóbeles y científicos en general, no habría habido uno en todo el transcurso de los tiempos que hubiera inventado unos magníficos calcetines que, tal y como hacen otros muchos cachivaches, se calentasen solos al conectarlos a un USB.

Semejante locura no tenía sentido; ¿cómo no iba a haber nadie inventado algo así?

Y tal y como había imaginado, tras indagar un poco en las oscuras profundidades de internet, hallé lo que buscaba:

¡Magníficos!
Así es, queridos lectores, existen.
Unos genuinos calcetines con no solo calefacción por USB, si no que además tienen la posibilidad de acoplar una batería de litio para poder ir al excusado o incluso a la calle sin necesidad de perder calor.
¡Qué maravilla! ¡Y que colores más elegantes!

Si alguien está pensando en hacerme un regalo en los próximos días, semanas o meses, que no lo dude, porque yo quiero unos de estos.

miércoles, 29 de enero de 2014

Gisaku

Saludos, mis queridos lectores.

En principio había pensado escribir sobre To the Moon, un maravillosísimo videojuego que he tenido el placer de jugar recientemente, pero esa idea cambió cuando ayer noche, presencié la no exquisitísima Gisaku.

Muchos os preguntaréis: ¿qué diantres es Gisaku? Pues os lo voy a explicar:

Gisaku es una película, aunque también podría atribuírsele la denominación de residuo.

Esta cosa nació como la primera película europea de animación que usaba un estilo basado en la animación japonesa. ¿Y qué país tuvo el orgullo de dirigirla para conseguir este increíble título de pionero de Europa? ¡Exacto! Nada más y nada menos que España.

Pero cualquiera que haya visto al menos 5 minutos de metraje, se puede dar cuenta de eso. ¿Por qué? Porque la película se encarga constantemente de recordárnoslo. No pasan más de dos secuencias sin que uno de los personajes haga alguna mención al maravilloso país que le dio vida, diciendo constantemente el sitio en el que están y al que tienen que ir aunque no tenga ningún sentido geográfico, pues para ir de Andalucía a Barcelona, pasan por encima de Galicia y León en un globo aerostático.

"¡Cuidado! Nos bombardean con gas... ¡Y es más efectivo porque es gas ESPAÑOL!"

Quizá haya exagerado con la última cita, pero cosas similares ocurren todo el tiempo, los personajes parecen más preocupados de demostrar sus conocimientos de cultura española que de... ¿qué se supone que tenían que hacer? ¡Ah, sí! Salvar el mundo.

Con un plantel compuesto por un lince que habla, una científica pedante, un niño protagonista cuya única hazaña en toda la película es resolver un acertijo de un viejo que vive sobre la Sagrada Familia, un samurai que se pasa mil años para conseguir volver atrás en el tiempo a su época, pero en los últimos 5 minutos de película decide que le apetece más quedarse en la gloriosísima España, y un HORRENDO SER que no habla, pero es irritante hasta la muerte y acaba siendo la llave que han buscado toda la peli, nuestros héroes se dirigen a derrotar a un malvado malo del cual no se saben ni cuales son sus intenciones, a salvar el mundo, y a volver atrás en el tiempo para poner en orden sus vidas y de paso crear paradojas temporales que no se tienen en cuenta.

-"¡Nos has destripado la película!"- diréis. No, tan solo os he ahorrado perder 78 minutos de vuestras vidas. No obstante, si sois masoquistas, o tenéis algún serio problema mental, o queréis pasar un buen rato de risas con amigos (en cuyo caso recomiendo ver la película con subtítulos), pues siempre podéis verla a pesar de todo.

¿Qué? ¿esperabais comentarios sobre el apartado técnico? ¿gráfico? ¿musical? Pues vale: todo horrible. Aunque la banda sonora que suena durante las peleas es digna de una película porno de lujo.

Nos vemos en la próxima crítica.