Saludos, lectores.
Efectivamente, ya nos sois "queridos". ¿Por qué? es muy simple: he estado mucho tiempo ausente y nadie se ha preocupado por mi persona. En cualquier caso, he vuelto.
¿Qué os traigo hoy? Pues una cosa que me ha fascinado.
Supongo que la mayoría conoceréis este artilugio:
Muchos lo hemos utilizado para jugar cuando éramos pequeños, fascinados por su brillo metálico, su aparente inutilidad y la increible similitud que tiene con unas fauces, pero esto, señores, es un "Quitagrapas".
Creo que su nombre es bastante descriptivo en sí, pero si alguien no sabe para qué demonios se usa, que mire Wikipedia porque yo no lo voy a explicar. Sin embargo, para los que no solo sepáis para que sirve, si no que además lo habéis usado alguna vez, tengo una importante duda: ¿Realmente sabéis como se usa?
En mi arduo trabajo diario de mayordomo a veces surge la necesidad de grapar o desgrapar algo, y hasta hoy, cuando utilizaba uno de estos, lo hacía por el lado donde quedan dobladas las "patas" de la grapa, separándolas cual cirujano abre una caja torácica, y eliminando por completo el sentido de la existencia de la grapa al dejarla inservible para un uso posterior. Esto en realidad esto es cruel para la grapa. Tras este procedimiento, el siguiente paso era comenzar una encarnizada lucha con ella para separarla totalmente del papel, mientras mis dedos y uñas se destruían en el proceso y la grapa se negaba a asumir su irremediable final. Sangre, dolor, papeles y uñas rotas era lo que significaba para mí usar un quitagrapas.
¡Pero!
Pero hoy, lectores, he aprendido una lección de humildad. Hoy he visto como otra persona cogía con total gracilidad este quitagrapas, y, en un despliegue de lo que yo consideraba un absurdo, lo utilizó por el otro lado de la grapa. ¡Qué locura! Iba a destruir el papel, la grapa y quizá sus sueños e ilusiones... pero no.
Sin oponer ninguna resistencia la grapa se ha desprendido por completo ella sola del papel. No ha habido más daños.
Fascinado por este suceso, me he visto obligado a comprobar que esto ocurría así siempre y no había sido una cosa fortuita, y así es. Si no me creeis, probadlo.
¿Cual es la moraleja de todo esto? ¿Hasta la cosa más absurda tiene una correcta forma de usarse? ¿Todo lo que se vende en las papelerías tiene en realidad un uso práctico? ¿Debemos ser más humildes en lo que creemos saber? Ni idea, quedaros con lo que os plazca.
Pestañas
Bienvenidos a la exquisitísima butaca de Mayordomo, un pequeño rincón donde disfrutar de magníficas críticas y reseñas de todo tipo.
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